Ayer tuve que acudir a la firma de un testamento en el hospital HM Sanchinarro.
Es una situación delicada y dolorosa, puesto que, a la frágil situación del enfermo, se le añade un acto que puede sonar materialista como es el de firmar un testamento, pero la verdad es que hay mucha gente que necesita sentir que deja todo atado.
La importancia de firmar testamento
La persona que firmaba el testamento se llama José Antonio y es cliente mío desde hace más de 20 años.
Ya he escrito en diversas ocasiones sobre la importancia de firmar testamento y José Antonio era consciente de ello: desde que le diagnosticaron un cáncer de páncreas quería dejar las cosas lo más claras posible, pero la verdad es que la enfermedad está avanzando más rápido de lo que él pensaba.
De todas formas, José Antonio ya había firmado otro testamento hace seis años, pero tenía la sensación de que no dejaba las cosas como a él le gustaría.
La situación personal de José Antonio
José Antonio ha tenido siete hijos de los cuales una le ha premuerto, y cada uno de los demás tiene sus propias circunstancias. Por eso quería dejar las cosas de manera que, según su criterio, fuese más lógico.
Al avanzar tan rápidamente el cáncer de páncreas no le dio tiempo a firmar el testamento en el despacho del notario y tuvo que ser ingresado hace unos días.
La semana pasada me decía que estaba convencido que esta semana le darían de alta, pero eso se parecía más a un deseo que a una posibilidad.
Enfermedad y testamento
El hecho de padecer un cáncer, en principio, no es impedimento para poder otorgar testamento, salvo que la medicación afecte a tu capacidad de entender lo que firmas.
En el caso de José Antonio, la enfermedad le había postrado en la cama del hospital y estaba totalmente lúcido por lo que no hubo problemas para la firma del mismo.
Importancia de la confianza en el abogado
En estos casos, es muy importante tener confianza en el abogado, puesto que el notario fue con el testamento redactado e impreso según las instrucciones que yo mismo había recabado de José Antonio.
De esta manera, el notario lo que hace es, o bien lee el testamento en el hospital o le pregunta al testador lo que quiere hacer constar en su testamento para comprobar qué es lo que quiere.
Ayer, tras la explicación pertinente y la modificación de algún detalle, se pudo firmar el testamento.
El notario y el testamento en el hospital
La figura del notario, más allá de que sea imprescindible desde el punto de vista legal, tiene mucha importancia y tiene que saber empatizar con el testador.
José Antonio estaba postrado en una cama, muy débil, delante de una persona extraña a la que le estaba contando sus interioridades y cómo quería distribuir sus bienes entre sus hijos.
Por eso me gusta contar con notarios que sean muy empáticos. En este caso el notario fue un gran profesional, Juan Pérez Hereza, quien supo conectar muy bien con José Antonio y consiguió que, firmar el testamento en el hospital, fuese una situación que para el testador fuese tranquilizante.
Gracias Juan.
José Antonio
La verdad es que después de 20 años tratando con José Antonio, ayer me quedó un sabor agridulce. Por una parte, ver a una buena persona en sus últimas horas es algo a lo que resulta difícil acostumbrarse.
Por otra parte, me quedo con el momento en que José Antonio me sonrió y resaltó la suerte que había tenido de haber conocido buenos amigos en su camino y me dio las gracias con una lagrima asomándose en sus ojos.
El ejercicio de la abogacía tiene estas situaciones en las que comprendes que, además de ser un profesional, tienes un punto de confesor, de amigo y de ayuda a las personas.
Bendita profesión.